Nos vamos del gobierno con las manos limpias y las cuentas claras.
Mariano Rajoy, candidato a presidencia de gobierno de España, después de perder las elecciones del 14 de marzo de 2004 (aunque un político no pierde, simplemente no gana).
En la mili el valor se le supone al recluta.
En la política la honzadez no se le supone a nadie, ni siquiera después de haberlo demostrado.
Qué bueno sería vivir en un mundo en el que no hiciese falta recordar que uno se marcha con las cuentas claras y las manos limpias.
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